Ya me fijé. Sí es cierto. El profesor pasa mucho tiempo con Chio. Por su culpa me enojo a cada rato con mis amigas y no me puedo concentrar en clases. Sólo pienso en el Dr. y lo peor es que cuando se asoma al salón, no es para verme a mí sino a la bruja.
Ayer vi al Profesor y me recordó que respirar tranquilamente, sola, ayuda a encontrar soluciones a problemas que parecen imposibles. Y si eso no me funciona, que entonces en el parque escoja un árbol y lo abrace durante cinco minutos como me enseñó mi querido profesor de ecología. Según él los árboles son muy sabios y me dirán qué hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario